Recordando [Privado]

La casa habia estado un poco tensa esos dias y decidi, como hace mucho tiempo no lo hacia, estar sola en la cabaña. entre a mi pequeño cuarto y me sente en la cama, mirando hacia la nada. No tenía la menor idea de que hacer, por lo que comenze a fijarme en cada uno de los detalles del lugar en el que tanto tiempo habia pasado desde pequeña. Así, sentada, recorri el lugar con mis ojos; me detuve en el cuadro más grande, donde estaba toda mi familia. Mis abuelos y el abuelito Charlie, mi tia Rosalie y mi tio Emmet, mi tia Alice y el tio Jasper, Jacob, Seth y mis papas. Justo en el medio estaba yo, bastante más chiquita que ahora.
Cada una de esas personas ocupaba un lugar importante en mi corazón y mi vida, su ausencia dejaria en mi un vacio irreparable y sabia que ellos sentian lo mismo por mi.

Sonrei con ironia al recordar vagamente aquellas voces, de mis primeros dias consientes. Toque mi mano para recordarlos mejor.
No recordaba imagenes, sólo sonidos. Tia Rosalie y mamá siempre me defendieron y me protegieron incondicionalmente, aún con todo el daño que le hacia a la segunda. Siempre me hablaban y me decian frases lindas como lo emocionadas que ambas estaban por conocerme y cuidarme cuando ya estuvera con ellas. Mi tia me contaba como me iba a enseñar a reparar los autos y mamá, cuando estabamos solas, me decia que me queria y que, junto a papá, era lo más importante para ella y que, sea como sea, ambas siempre estariamos juntas.

Muchas veces tuve el bano presentimiento de que no iba a llegar a nacer. Papá me odiaba, estaba y aún hoy estoy segura de eso; estaba por arrancarle lo más importante para él así que no lo culpo por sus pensamientos hacia mi. Él siempre discutia con mamá, decia que si queria podia tener hijos con algún humano o con aquel "chucho". Aún sigo sin identificar quien era aquella persona con la que hablo mamá sobre tener a un hijo suyo, su voz era casi un susurro.

Pero cuando papá escucho mi voz, o tecnicamente mis pensamientos, la cosa cambio. Me comenzó a hablar y yo, en mi mente, le decia que lo queria tanto como a mi mamá. Aunque Jake despues lo llamara traidor.

Jake... aquel licantropo que habia estado conmigo desde que habia llegado a este mundo y aquel tambíen que deseo mi muerte mucho más que otra cosa.
Mire mi mano y encontre el anillo que me regalo mi primera navidad, en el mismo sitio que siempre. ¿Cómo puede ser que luego de odiarme tanto me haya dicho tantas veces que soy la persona más importante en su vida? Es algo que nunca entendera y que jamás le preguntare, tendria que decir que me acuerdo de esos dias y eso es algo que siempre quedara dentro de mi.
Tal vez sólo lo dice porque soy una niña, como cuando en las peliculas los adultos le dicen a los niños que nunca los cambiarian por nada pero cuando llega una novia o algo los olvidan. Jake algún día encontraría a ese alguien especial y yo quedaria renegada a formar un papel secundario en su vida.
Por alguna razón la sola idea de pensarlo me daba pavor, un indescriptible e inexplicable pavor.

Mis lágrimas se amontonaron por salir de mis ojos y, una a una, comenzaron a bajar lentamente por mis mejillas.
Me recoste en mi cama, haciendome un obillo. No queria imaginarme la idea,pero mi mente se empeñaba en hacerlo. Algún día Jacob, mi mejor amigo, se alejaría de mi para no volver. En momento como este me hubiera encantado que mi tía Alice y mi tio Jasper estuvieran aqui para hacerme sonreir.
Mi tía Alice nunca me odio y, en parte, mi tío Jasper tampoco. Ambos se mantuvieron al margen de todo lo que pasaba con mis padres. Tal véz por la frustración que le generaba a mi tía o tal vez simplemente porque no querian empeorar las cosas.
Cuando naci mi tía Alice me enseño el amor por las compras. Ella hacia mi vida divertida y rápida, llena de glamour y estilo. Me contagiaba su alegría y, pense, que cuando fuera grande yo queria ser como ella. Tener su gracía para caminar y su melodiosa risa era lo que más quería en el mundo.
Con mi tío Jasper es todo lo contrario. Él me enseña a tener paz, a ser calmada y disfrutar de los pequeños momentos de soledad y tranquilidad. Cuando nos sentamos a leer algún libro o simplemente me quedo dormida en sus brazos, es el momento que compartimos juntos. A ambos nos encantan esos momentos.